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La luz del amanecer y del atardecer

La luz del sol al amanecer y al atardecer permite hacer fotos muy bonitas gracias a los atractivos colores de la iluminación natural en esos momentos

La salida y la puesta de sol son los momentos en los que la luz es más cambiante, tanto en color como en intensidad, y no se parece a la del resto del día. Por ello nos permiten tomar fotografías muy impactantes si sabemos lo que podemos esperar de esta luminosidad incontrolable.

Los colores del amanecer y del atardecer

¿De qué color es el amanecer? No hay una única respuesta. En los momentos previos a la salida del sol, durante el alba, la luz es rojiza alrededor del punto por donde saldrá el sol y violeta profundo en el resto del cielo. Luego la luz se vuelve rosácea y, cuando el sol sale por fin, se vuelve dorada.

La película y el sensor digital muestran estos efectos de un modo más intenso a cómo los ven las personas, aunque es difícil prever sus efectos precisos, pues influyen muchos factores climáticos y atmosféricos sobre los cuales el fotógrafo no tiene control.

Diferencias entre amanecer y atardecer

Durante la puesta de sol y el crepúsculo, esta progresión se invierte, pero los efectos fotográficos son los mismos. Las diferencias para el fotógrafo estriban en determinar cuál es la posición del sol que más favorece al motivo que desea fotografiar. Por otra parte, Al amanecer partimos de la oscuridad , así que muy difícil saber si vamos a tener una salida del sol adecuada para nuestro propósito fotográfico. Y como resultado podemos madrugar para nada. Por el contrario, al atardecer más sencillo predecir si vamos a tener una buena luz.

¿Que ocurre con la cantidad de la luz al atardecer?
Aquí podemos apreciar los diferentes matices de color que puede adquirir la luz del amanecer. No es fácil que un amanecer ofrezca tanta gama de colores; y si el día que te los ofrece regresas a casa con una foto sin interés como esta es para tirarse de los pelos.

¿Qué ocurre con la cantidad de luz del atardecer?

Este tipo de luz suele permitir obtener imágenes más impactantes y atractivas que las que se obtienen cuando el sol está alto. Pero no dura mucho tiempo. Tampoco dura lo mismo todo el año ni en todas las partes del mundo. En invierno, el sol está más inclinado y esa inclinación hace que los atardeceres sean más largos que en verano. Por lo mismo, cuanto más nos acercamos al ecuador, más vertical está el sol y más rápido oscurece.

Cómo planificar nuestras fotos del amanecer y del atardecer

Si tenemos en mente una imagen durante la salida o la puesta de sol es necesario planificarla a conciencia para que nada falle, saber por dónde saldrá o se pondrá el sol y a qué hora y si podremos acceder a esa hora al lugar desde donde queremos sacar la foto.

También debemos determinar cuál es el momento que más le favorece, el amanecer o el atardecer. Incluso así, no es fácil saber si tendremos una buena salida o puesta de sol o las nubes lo ocultarán. Si bien, es más sencillo observar la progresión del tiempo de cara al atardecer.

La luminosidad al amanecer proporciona colores muy variables.
Al atardecer, el castillo aparece teñido de una luz levemente violeta.

Durante el amanecer podemos encontrar otro factor que nos permite tomar fotos con otro ambiente y matiz: La neblina iluminada por la luz rojiza del sol. La luz se dispersa, los detalles desaparecen y las formas cobran fuerza.

Las puestas de sol son un motivo muy fotografiado. El cielo se tiñe de colores asombrosos y atractivos. Las salidas de sol tienen un efecto similar, pero hay que madrugar mucho para verlas. Las mejores puestas de sol son aquellas en las que el cielo tiene nubes medias y altas en primer plano; pero el horizonte, por donde se va a poner el sol, está libre de nubes. Una vez más, depende de factores que el fotógrafo no puede controlar. Las más espectaculares suceden en torno los solsticios de invierno y de verano, que son a finales de diciembre y a finales de junio.